El
cerebro de un bebe humano al nacer está mucho menos organizado que el de
cualquier otra especie. Aunque disponga de cien mil millones de células
nerviosas, la mayor parte de las conexiones cerebrales (sinapsis) vitales para
su desarrollo están aún sin establecerse. Esta desorganización inicial, aunque en
principio pudiera parecer un inconveniente, ya que necesita un desarrollo
posnatal mucho más largo, tiene sin embargo una gran ventaja.
El desarrollo del cerebro humano es más flexible, menos sujeto a la determinación genética y mucho más abierto a la experiencia. Todas las vivencias que a partir del nacimiento van registrando los seres humanos, son las que conformaran gran parte de sus conexiones neuronales. Y las diferentes y específicas experiencias de cada uno, serán las que hagan que la configuración de cada cerebro humano sea única.
El cerebro comienza a formarse durante la vida intrauterina y el proceso de establecimiento de conexiones con otras neuronas comienza en las fases de desarrollo prenatal pero se prologa a lo largo de muchos años. Las sinapsis que se producen en el periodo de vida prenatal, se deben a una actividad cerebral generada de forma intrínseca. Pero la actividad cerebral de la vida posnatal, se realiza gracias a la información recibida mediante los sentidos y la actividad motora.
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