El
principal sistema para recibir información, los sentidos, ya está en
funcionamiento mucho antes del nacimiento y permite al bebé recibir estímulos e
interactuar con el medio. Aunque este sistema tendrá que ajustarse después del
nacimiento, toda la recogida de información que se realiza a través de él, será
básica para el desarrollo del cerebro, para establecer relaciones sociales y
para conocer el contexto en el que el bebé aprenderá a vivir. A su vez la
interacción con el entorno será necesaria para que el sistema de los
sentidos madure e integre toda la
información recibida. Además el recién nacido cuenta con una serie de
respuestas, reflejas involuntarias, programadas para activarse como respuesta ante
ciertos estímulos. Algunos de estos reflejos son fundamentales para la
supervivencia y son esenciales para el desarrollo del pensamiento. (El
desarrollo psicológico a lo largo de la vida, 2010)
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