
Manuel Area Moreira, Catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna (Tenerife), insiste en que meter tecnología en las aulas no es sustituir libros por máquinas. "Nuestra escuela sigue teniendo una visión casi del siglo XIX. En el siglo XXI todo debería estar más integrado, con más propuestas de problemas que los estudiantes tengan que resolver e indagar".
La integración de las TIC en el proceso de aprendizaje descansa, en última instancia, en cada profesor. La dotación de medios no garantiza que quienes han de usarlos crean en ellos, vean sus beneficios o sepan cómo aprovecharlos. Dentro de este colectivo son muchos los que ven con escepticismo el uso de las TIC en el aula. Ahí van algunos de sus comentarios:

"Con grupos de 30 como los que solemos manejar, lo más normal es que haya una decena que olvida el ordenador. ¿Qué haces con ellos? Después tardas en enchufarlos, en que los niños entren en los programas que deben, hay cortes de conexión, en ese lapso se distraen, pierden el hilo. Lo mismo sucede con la pizarra digital. No es fluido".
"El sistema educativo está muy falto de recursos como para gastar tanto en ordenadores. En una clase de lengua conseguimos partir en dos grupos de 15 escolares uno de 30 y las mejoras fueron muy superiores a las que consigue cualquier tecnología".
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